Al fin se ha hecho realidad
esa vida que era un sueño,
poder estar junto a ti,
tras tanto tiempo sin vernos.
En la intimidad de ese hotel
allí quisimos amarnos,
saciar nuestra sed de amor,
sin nada que preguntarnos.
Esa pasión desatada
llegaba en el ascensor,
no pudimos contenernos
antes de la habitación.
Tras el umbral de la puerta,
te fui quitando la ropa,
deseaba acariciarte,
sentir tu cuerpo en mi boca.
Desnuda y entre mis brazos
he comenzado a besarte,
para olvidar la ansiedad
que ha supuesto el desearte.
Una noche de locura,
de frenéticas pasiones,
allí murió la amargura
que surgía en ocasiones.
Classman