Elizabeth Maldonado Manzanero

Prodigal encuentro

 

 

 

Las brasas alegres de tu rostro celebran la fiesta,

la vida, mientras agonizo horas y días en ellos.

El cielo nace diariamente en tu sonrisa,

me siento culpable de retenerla en mi mirada.

Y en el juego verde de la espera y la corrida

carente de final, bebo el zumo de las estrellas

el placer es éxtasis en cada poro, en cada extremo

de la piel que se disipa, impronta de cada sentido,

recuerdo el aroma y la entraña hierve, fermenta

y reburbujea la añoranza de repetirlo siempre…

amaso la placidez entre tus muslos,

me desmayo de felicidad entre tu pecho,

cuantas noches mi mente rememorara

¡Oh! El maravilloso encuentro de calores,

de mis lirios abiertos a tu sol astro…