MacarĂ­n

Calvario sempiterno

 

[1]

Una oscuridad sempiterna se aproxima a mi calvario.

deambulo despacio, encuentro poco para afrontar el destierro a este nuevo desierto.

Hago la pregunta y la pregunta es insignificante

En la academia sólo importan los stats, los papers, el reconocimiento de la gente sin desierto.

Pero yo me aferro a mi calvario, a la soledad de esta otra patria

al brillo de luciérnagas imaginarías que merodean mis oídos

Un mundo fantasmal sin techo

Todo ocurre

Y – en consecuencia - nada ocurre

Dentro de mi aposento.

 

[2]

-Acércate a tus pares, has murmurado. 

Pero no tengo pares, tan sólo el olor cristalino de esta tierra,

Mi alma abandonando el cuerpo para elevarse.

No quise soslayar tu presencia

En este poema somos dos

-Con la bendición de tu madre y este ácido, he recuperado la alianza-, has dicho.

Mas ahora no la quiero

Devuélvela y déjame solo

los latidos para danzar con la muerte.  

 

[3]

Exhumé tu cuerpo a la mañana siguiente

Te encontré contrito, reducido a cenizas y arena

Para tu epitafio nada se ha escrito

La podredumbre invade la tumba contigua

Nadie llora. Toma este tarro de flores avejentadas

Guárdalas junto al claro de tu corazón inerte

La melodía pausa, el silencio se avecina

Tu sufrimiento ha terminado.