boris gold

soliloquio

Voy caminando ligero

por veredas ya vacías,

siempre detrás de quimeras

abrazado a mi ilusión,

la meta soñada

es un largo camino,

y encontrar recuerdos

llenos...de emoción.

 

Junto con mi sombra

no tengo temores,

los dos de las manos

y el pasado aquél,

con un fondo rosa

color de esperanza,

las noches sin tiempo

perfumes...de ayer.

 

La primera cita

será en esa escuela,

la dulce maestra

en que estrella estará,

mi fiel compañerita

bucles en cascada,

chau, hasta mañana

ya vino...mamá.

 

Agujas del tiempo

paren un poquito,

a mi encuentro viene

la bella René,

me trae nostalgias

volando en un beso,

de sus labios rojos

con sabor...a miel.

 

Me voy en mi barco

cruzando los mares,

tiraré el ancla

en una isla ideal,

donde solo reine

la diosa alegría,

y un ángel querido

me envuelva...en su paz.

 

Desde este letargo

mis ojos se asombran,

no hay nadie a mi lado

en el hoy despierto,

tan solo el espejo

que a un anciano muestra,

un triste poema

con final...abierto.

 

Boris Gold