Rafael Escobar

\"AMORES INMORTALES\"

 

 

Tenía tres tesoros, allá en mi adolescencia,

mi potra Crines de Oro, mi perro Gran Sultán;

y aquella dulce novia, que fue de mi existencia

la Isolda que encendía las venas de Tristán.

 

Montado en Crines de oro, vestido de inocencia,

volaba en mi potranca lo mismo que huracán;

con esa tierna prisa, que tiene la impaciencia

por ver a nuestra amada, que espera en el diván.

 

Sultán que nos seguía, lo mismo que escudero,

llegaba a sus regazos con ansias de mirar,

aquellos ojos claros, igual que los de Dios,

 

Y fue mi bella Ligia, mi fúlgido lucero,

la estrella que podía mis versos inspirar;

¡haciendo de los días, un mundo para dos!

 

Autor: Aníbal Rodríguez.