Angélica Salazar

Gris

Ancho, rugoso, denso y cansado

Teñido de falso azul en ojos grises

He de insistirle al frío del alba

Que desacongoje mis dedos tristes.

 

Pues la oscuridad del cielo nunca otorgó nada

Y la luna gigantesca solo me guiñaba

En la burlesca porfía de tiernos bailes

Y la tosca charla de cuerpos tristes. 

 

Contemplo así la infantil alma añeja

Que se posa bajo niñas aprecias y sonrojas

Ausentasen poco menos que remotas 

Entre un manto

ferroso

que aún es el mismo.