Haz Ámbar

Acuérdate...

Acuérdate, la luna acuna tiempos mejores

al compás de una música secreta, nunca oída,

con un deje de nostalgia en el tono de la voz

que muestra...

Los sueños de amor en su mecedora

se nos fueron yendo a de donde nunca más volverían

sin un trozo del corazón nuestro para comérselo

así en crudo cada hora desprevenida.

Sálvate tú, yo ya he caído, búscate

un buen refugio donde antes habría un nido

para los pájaros de nuestra cabeza,

hoy ya derruido y, ¿a qué esperas?

La arena nos quema los pies

y la senda a través de la selva

ya está protegida

por quien tú no sabrías decir muy bien

si es o no de esta vida;

un guardián de los universos

que a su misma muerte espabila

a largos tragos de hidromiel

entrando en un estado febril

intenso que le vacía

de noches a la intemperie

sufriendo sin quien le guíe

sobrando gente que pudiese hacerlo

hacia una mejor perspectiva

de este paraje que desola el viento

de los dioses desconocidos.