Alberto Diago

En las arenas de tu piel

En las arenas perdidas

de la mar de tu piel

creí encontrar refugio

en aquel amanecer;

fue todo tan bonito

en el instante aquel,

que por momentos olvidé

que mía no puedes ser.

 

Y en la infinita ternura

de tu voz y tu mirar

se recreó mi alma 

y quiso hacerse a la mar,

y quiso ser velero

y navegar sobre tu ser,

mas no encontró camino

y bien pronto naufragó.

 

En las arenas perdidas 

de la mar de tu piel

naufragaron ilusiones

y el amor que nunca fue;

soñé que había un puerto

para anclarme en ti,

mas tu cielo fue tormenta

y aquel puerto nunca vi.

 

Y con la cruel dulzura

cómo sueles hablar,

encontré que tienes dueño

y no eres libre para andar;

¡lástima que al amor

se le exija caminar

por una senda fija...

y no tenga libertad!

 

xE.C.