No hace falta un abrazo pasajero
para hacerte comprender que por ti vivo,
pues yo sé que lo que siento es sincero,
que tu luz es mi razón y mi motivo
Yo te quiero de lo eterno a lo divino,
en la vil melancolía de mi dolencia,
porque eres algo más que mi camino,
porque amas con ferviente inocencia
Porque vivo en mis mundos de reproche
y tu existes en un mar de indiferencia,
por los miedos que nos unen en la noche...
no perdamos nuestra luz y nuestra esencia
No hace falta que te abrace con el alma,
ni tampoco que te escriba melodías
para darte algo más que simple calma,
para amarte por el resto de mis días.