Guillermo Bustamante

Elegía a las doce meridiano

Se me podrá decir pazguato si confieso

que amo el mediodía de los trópicos

el perezoso aleteo del sueño colectivo

y la soporífera danza de las horas mientras

camino o simplemente

me siento a mirar

con el tallo de mis ojos

este desierto vertical

del que todos huimos presurosos

aquí la luz se duerme en los tejados

el insólito oasis de una sombra

va de viaje bajo la nariz del transeúnte

y sobre los cansados

andamios de la memoria

un esfuerzo de ciento ochenta grados

en el obeso cuadrante de una tarde

presagiando lluvia o hablando en notas

de calores nunca vistos

en los que sólo se mueve el costo de la vida

 

y digo que me gustan estos mediodías tropicales

porque conducen al descanso

y son como una zanja mortal

en el recio itinerario de los días

cuando alguien puede abanicarse con el llanto

y el sudor de sus dedos desatados del trabajo

que a menudo

incurren en el crimen de ser libres