Alejandra Diaz

Al nauseabundo amor

En la rutina nauseabunda de la vida,

encontré tu mirada y me hizo libre.  

Tu recuerdo que sabe a tequila y sal,

y esos tus besos, al imperdonable cigarro matutino,

Me envuelves en una ráfaga de pasión,

entre éxtasis y lujuria grito tu nombre,

y me ahogo en el conjunto de nuestros gemidos.

Llevo tu aroma y sabor tan dentro de mi  

hasta lo recóndito del alma,

porque el sexo entre nosotros, no era sexo,

era la unión de dos mundos destruidos,

dos almas derrotadas y agobiadas.

Yo te amé y no te amé,

tú me usaste y yo también.

Fugaz e insólito, efímero y real.

Todo lo bueno tiene un pronto final.

Se acaban los adjetivos y la farsa de este amor.

Ni tú me amaste ni yo.

No te preocupes, no te guardo rencor,

que los malos ratos hace ya días los olvidé.