Mercedes Gallego

Ocaso

Las sierpes duermen la tarde

acurrucadas a la sombra de un olivo;

sus ramas desnudas velan su fruto olvidado

por no llevar en su vientre

el parné del señorito.

 

Otra noche más

hincarán sus huesos en la tierra;

buscando la sed del ocaso

en la tierra del olvido.

 

Y tú contemplando.