Atedita

Mamá

A ti, que impusiste tu valor desde mi nacimiento

y escuchas mi dolor ante el silencio sordo
de las voces disonantes. 

A ti, que has secado las lágrimas que el mundo me hizo llorar sin compasión;
y en un abrazo regresas la voz de mi pecho. 

A ti, que me haces reír cuando no puedo ya,
calmas mis angustias con tu cálida voz
y escuchas mis secretos haciéndolos tuyos. 

A ti, mujer indómita que hallaste tu voz interior,
y me enseñó a nunca perder la mía;
te admiro como a nadie en el mundo. 

A ti, mi gran pilar y fundamento de vida, 
si un día me faltas;
tendré sentimientos sin existencia.