Deja que mi cuerpo anide
en tu luna y tus estrellas
dame lo que mi alma pide
el dulce amor que destellas.
Espera que mis aromas
te lleguen con tibio viento
y en mis dulces, suaves olas
que llevan mi fresco aliento.
Haz salir esos suspiros
que atesoro en mis montañas
que sean inmensos ruidos
brotando de mis entrañas.
Deja que mi lluvia caiga
en el medio de tu sierra
y yo tu pasión consiga
esa que tu cuerpo encierra.
Dejo que mi alma acreciente
el más grande de los ríos
con un ardoroso afluente
de tu cuerpo sobre el mío.
Acepta que mi ternura
se combine con tu ardor
y darle cándida albura
al bendito, tibio amor.
Permite que tu mar de sal
se adicione con mi dulzura
que el amor sea auroral
acortando la lejura.
Fusionados como cóctel
de amor, ternura y pasión
donde somos solo piel
y se cumple la misión.
Yamila.