Alfredo Saez

-A los tumbos-

 

Anduvo siempre a los tumbos

en días y años muy aciagos

y nunca salvó los rumbos,

siervo de poemas y embriagos.

 

De su fiebre no hubo testigos

silencio de veraz secreto sonoro

como cerril candado en postigos,

bozal y marca de aquél viejo Toro .

 

Dio fama a sinfonías de  bellas letras

alucinaciones de alegres juvenilias

ofrendas a la proscripta, ausente amada.


Padeció abyección nemésica por dos familias,

vil tatuaje memorial en su alma exonerada

 pulsión  que ni tú, maldito, la perpetras.