A unos pasos de mi puerta
te apareces... ¡Un encuentro inesperado!
La vida que da sorpresas...
Te he invitado y has entrado sin dudarlo.
Te acomodas y descalzas
como antaño, con completo desenfado.
Y de a poco nos contamos
lo que fue de nuestra vida en estos años.
Del ayer, dices, recuerdas...
aquel tiempo cuando torpes nos besamos…
Reímos de esos momentos.
Te comento, por impulso, sin pensarlo...
que debemos terminar
las caricias inconclusas del pasado.
Noto el brillo de tus ojos.
Y de pronto hemos callado... nos miramos…
Se escuchan nuestros latidos.
Y los sueños, de repente, despertaron.
Tu ansiedad y mi deseo
se enfrentan en un encuentro apasionado.
Voy siguiendo con mis besos
las huellas que voy dejando con mis manos.
Intercambio de suspiros...
las caricias, sin descanso… Mientras tanto…
Silenciosos, en la banca...
permanecen nuestros cuerpos olvidados.