Jesús Oscar Ugalde

Pureza prístina

Profundo núcleo recuerda lo que va perdiendo.

Madre, te presiento cómo vas penando,

Desde que eres más triste,

Te exhorto a mirarte trascendental,

te diviso trascendental:

a ti cuánto me debo, el tiempo pasado de protección, el antiguo e indolente manto.

 

Madre, si tu histórica herencia me devuelve a otros ancestros, y a volar de improviso.

 

Mi caparazón para abrir la caminata,

el nombre de tu gracia misma

tan sabia por magna habida existencia.

 

Por nuestro bien

regazo todopoderoso,

mi visitadora esperanza te agradece, prístina mujer.