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NOCTURNO

 

 

Nocturno

 

Recostado del banco del huerto, en estío,

mientras la noche callada reposaba a mis pies,

en el Cielo un lucero titilaba su brillo

y mis ojos ansiosos le buscaban a él.

 

A mi lado las flores dormitaban serenas,

mientras tanto la brisa, en continuo vaivén,

arrullaban sus sueños y su tallo mecían,

para luego verter su fragancia en mi tez.

 

A lo lejos las olas en rugiente combate

se debaten airadas porque quieren vencer,

a la roca que enhiesta resiste el embate

y deshace sus cuerpos, volver tras volver.

 

Y en la calma apacible de nocturna alborada,

mientras sueña el capullo como va a florecer,

una flor deshojada le contempla un instante

y su cuerpo marchito, rememora el ayer.

 

Y el lucero en silencio conversaba conmigo,

y yo cavilando conversaba con él…

Del amor de una estrella el lucero me dijo,

y yo le contaba el de una mujer.

 

Mientras tanto el tiempo despertaba la noche

con su paso perenne de continuo ambular,

y en el Cielo el lucero se quedaba dormido

y en las noches del alma, luminaba la paz.

Rafael