maicolmanya

muerte de una madre (cuento)

   

            Un sillón, dos niñas, un niño, solos… y varias personas más en la sala de espera del hospital, mas allá, la entrada a la sala de la cual, sale un hombre, todo vestido de celeste con un gorrito al mejor estilo carnicero y un tapa boca, que se saca al entrar por esas puertas de vaivén con vidrios redondos y que bajo el silencio y la paz mas triste que seguramente ningún otro lugar tendrá, emite un ruido que pone de pie, avisa y estremece a los ansiosos acompañantes de los pacientes de la sala de operaciones, para hacerles saber, que llega una noticia, que puede ser un tanto o extremadamente alegre, o así también ciega, ahogadora e inevitablemente triste para los mismos. El hombre que atravesó la puerta de entrada, era medico, se paró enfrente a todas las personas con la mirada baja como anticipando una mala noticia, a algunos de los que estaban allí. A unos pocos se les acelero por unos segundos el corazón, otros hicieron frente alta mientras con los ojos llorosos pero valientes miraban fijamente al doctor, los niños que estaban solos simplemente estaban allí, la mas grande de las niñas que parecía la hermana mayor de los tres, consolaba a la mas chica que reclamaba a gritos por su madre y el niño simplemente callado, leyendo un libro para niños de Horacio Quiroga esperaba una noticia.
            El medico, llamo a los familiares de Lucia Sosa, allí corrieron los tres niños hacia el, y el mismo dijo, -algún familiar mayor. Esquivando con la cabeza a los niños y mirando al otro lado de la sala, para ver si aparecía alguno, pero la niña más grande que no era tan niña dijo –yo. Pero el doctor insistió- algún familiar mayor. Como no queriendo darle la noticia a la chica, pero la misma volvió a repetir – yo doctor. – no pero alguien mas mayor. – no señor, aquí estoy yo, dígame que paso, ella es mi madre y yo ya soy mayor de edad, estoy preparada para cualquier noticia. Mientras colgaba de su pierna la menor de las hermanas aclamando por su madre; el medico suspiro y apenado por tener que darle una mala noticia a estos tres pequeños, dijo- el tumor era demasiado grande… pero enseguida interrumpió la chica con voz fuerte, temblorosa y melancólica,- ¿Mi madre murió?- No dijo el doctor, mirando el suelo y jugando con los dedos índices y pulgar , con el tapa boca, -ella esta viva pero déjeme terminar, el tumor era demasiado grande y se traslado a otras zonas, pudimos sacar, solo una parte en la operación,- ¿ella estará bien? Pregunto la chica. – la pasaremos en este momento al CTI, pero su madre no resistirá otra intervención, en eso cerro los ojos y le pregunto a la chica mas grande de los hermanos si podía conversar un poco a solas con ella, y la misma cedió, a lo que el doctor le dijo en voz baja, -no podemos hacer nada, ahora solo resta esperar,-¿esperar que? Su madre no soportara más de seis semanas como mucho, y en ese momento la chica se rompió a llorar.
            Tiempo después de la operación, la madre se encuentra en el CTI, agoniza y sufre, ya inconciente después de cinco semanas de internación, ya no recuerda que tiene hijos, es tanto el dolor que sufre, que ya no sabe que tiene hijos, que fue una mujer feliz, que tuvo una hermosa familia, es mas, ya no sabe que esta viva, solo sufre y sufre mas por la maldita quimioterapia que no la salvará y de peor, solo la hace agonizar más, el cáncer sigue aumentando y cada vez queda menos para alcanzar la luz al final del camino, para el final de una vida, que se desarrollo felizmente y terminara al contrario de las películas, en un triste final. No recuerda que vivió una vida pobre de riquezas materiales, pero rica en afecto, que es lo que todos necesitamos, pero ella vino a caer en la mala suerte de tener la segunda epidemia más numerosa del mundo, esa que consume el 30% de todas las muertes de la población mundial, y así como terminara su historia, termina la de muchos otros con la misma enfermedad.
            Mientras la mujer sufre en su camilla, llega la sexta semana, con cables, aparatos, y otras cosas dignas de una sala del CTI, mientras respira cada vez menos y la luz al final del camino ya se encuentra casi arriba de ella, se encuentra rodeada de sus hijos y su hermana, pero no de su marido, porque el primero que tuvo y padre de su primer hija murió antes de que naciera la misma, en un accidente de autos y su segundo esposo se encuentra trabajando para poder mantener a su familia y pagar el tratamiento de su mujer.
            La hija mayor le acaricia la cabeza, mientras el niño reposa sobre su abdomen y la niña mas chica mima suavemente sus piernas. Un silencio sordo, oscuro, dramático y una paz con sabor a muerte inundan la sala mientras se siente una última respiración y el cardiograma deja de funcionar, y no es un simple error del sistema , es que la madre ha dejado de existir, pero si bien la misma no estará físicamente, seguramente, los seguirá desde algún lado mas allá del cielo, mas allá de dios, mas allá del universo, los seguirá en los recuerdos y enseñanzas que la misma les dejo, los seguirán ahí, para que los utilicen cuando mas lo necesiten, y la madre seguirá viva, siempre en sus corazones, por mas que parezca que no estará allí todo el espíritu maternal reposara sobre la pequeña niña de corazón valiente que guiara a sus hermanos a una vida en paz y un final en paz.

 © Maicol Cuadro. Todos los derechos reservados.