Rebeca Espinosa

AYUDA

Caminaba despacio, pues el dolor era demasiado

Mi corazón sangraba, a cada paso que daba

Sufría tanto que ya la realidad se iba acabando

Pero mire al cielo, con mucho desconsuelo

Dios vió mi sufrimiento

y mi mano agarro con su aliento

Lloro conmigo y mis heridas curo 

y consuelo a mis penas me dió

diciéndome, no te apartes de mi

si en la vida, no quieres sufrir.