Voy palpando con tu consentimiento los límites de tus mares, conociendo las profundidades del océano tórrido de tu piel en el que me sumerjo.
Me dejo arrastrar por las corrientes marinas que erizan mis impulsos incitando mi navegación sobre tu superficie circundando tus caderas.
El brillo de las estrellas atestigua esta hazaña en el que mis navíos con movimientos suaves enloquecen en las ondas de la desnudez de tus delicados senos.
Arrebatado en la pasión propicio que el cielo de mi pecho se entrelace con las olas de tu vientre, y siento el roce de las nubes acaloradas de mi transpiración con tus islas que presumen a tus pezones afables.
Las estrellas se precipitan sobre tu cuerpo de mujer.
En la zona de tus aguas cálidas suelto mis redes, los fluidos térmicos emergen desde el centro de la tierra y se estremecen mis sentidos.
Musitas con voz suave a mis oídos frases que repiten las sirenas por todo mi ser y así se incrementan mis ansias por introducirme hasta la fuente de tu calor en las entrañas de tu lecho marino.
Y al fin soy atraído, absorbido y acogido en la profundidad de tu océano, para que seamos ambos una sola inmensidad fusionada, teniéndome dentro de ti y llenándome totalmente de tu calor.