Augusto Fleid

Viento

Como el viento ingresó a su ventana.

Lentamente voy acariciando 

su espalda hasta desembocar en un manantial de besos en su cuello. 

 

Acarició su piel lentamente 

le susurró al oído un improvisado 

enjambre de versos.

 

Enloquece su piel al sentir la calidez de mis manos surcando sus mares. 

Mientras de sus labios se desprende el canto de un cisne que llena el silencio que alberga en nuestro nido. 

 

Como el viento avivó las llamas de esta pasión que renace en cada invierno. 

Le quitó el frío a su alma. 

Desató un angel enjaulado en una cuerpo de mujer. 

Al llegar el amanecer mi mente vuelve a enloquecer cuando al caer el sol no vuelves aparecer. 

 

Pero se que otro día quizas nos volvamos a ver.

Y como el viento regresare...