Niña Lola y doña Chana
se fueron a conversar
de Ruperto que al pasar,
lo vieron por la ventana.
Eso fue muy de mañana
saliendo la luz del sol
él llevaba un girasol
que por pena no entregó
a quien a él lo rechazó
bajo hermoso copinol.
¿Qué les pasó, niña Lola?,
preguntó la niña Chana,
muy inquieta, muy con gana,
de saber por qué está sola.
Me tiró una cacerola,
le contestó embravecida;
y no estoy arrepentida
de mandarlo ya al carajo
mejor sola, que un guanajo
que me quite a mi la vida.
¡Qué tremenda situación!,
exclamó la fiel amiga
que llegó con gran intriga
y con mucha expectación.
Niña Lola, con razón
vi muy triste a don Ruperto
con el ojo medio tuerto
llorando como ese niño
que no tiene ni un cariño
cuando ya su madre ha muerto.
¡Qué se vaya a los demonios!
le dijo muy indignada
con su palabra alterada
sin decir más testimonios.
Yo no soy sus patrimonios
pa´ que venga aquí a humillarme
ni que piense ya en buscarme
porque esto se ha terminado
pues el amor me ha matado
¡Qué ni piense en conquistarme!
Eso mismo dijo Cando
anoche que me contaba
que Ruperto la lloraba
porque aún la sigue amando.
Pero lo que está contando
no lo sabe mi marido
va pegar un alarido
cuando se lo esté diciendo
cuando vaya comprendiendo
que Ruperto es un bandido.
¡Ese tipo es desgraciado!,
aparenta ser de miel
pero hasta me ha sido infiel…
y a don Cando, ¿le ha contado?
Nunca yo le he preguntado
para no ser atrevida
tampoco controvertida
en mi propia relación,
pero vendrá la ocasión
con información surtida.
Y si son tal para cual
ya sabrá de sus andanzas
también de sus asechanzas
siendo del mismo piñal.
Mi marido es bien cabal
no me intrigue niña Lola
yo no quiero quedar sola
con tres hijos por delante
ya no siga delirante
que mi esposo me enarbola.
¡Ay querida doña Chana!
Así pensé en un momento
convencida me arrepiento
¿Y don Cando, la engalana?
Supe que la niña Juana
le andaba coqueteando
no me está usted preguntando
ni quiero causar problemas
mejor dejemos los temas
y vamos desayunando.
Ya me puso usted nerviosa
como agua pa´ chocolate
y hasta el corazón me late
porque ya me puse ansiosa.
Niña Juana está preciosa
yo la observo, yo la admiro
pero ahora ya deliro
con lo que me está diciendo
y si Cando está saliendo
ya con ella... ¡me retiro!
Tranquila, ya no se ofusque
no es seguro lo que digo;
si lo dijo, un enemigo
le pido que ya no busque.
Aunque ya no me rebusque
usted ya sembró la duda
y me he quedado hasta muda
sin palabra y sin aliento
diré, lo que ahora siento
gracias a su plena ayuda.
Y terminó la visita
de la Chana a niña Lola
ni se le vio ya la cola
pasando la montañita.
¡Ay!, no quiero se repita
una nueva decepción
con otra separación
como le pasó a Ruperto
si a don Cando han descubierto
una oculta relación.