José López Moreno.

Madre

Madre, anoche vi el firmamento más iluminado.

Las estrellas chispeaban con intensidad

 a tu lado.

Los ángeles cantaban a gloria, 

se sentían bien acompañados.

 

Madre, en el Cielo no dejes de reír, aquí, 

al igual que a ti, tu sonrisa extrañamos

y la dulzura que desprende de tu alma

en los corazones con amor la llevamos.

 

Madre, hoy todos preguntan por ti,

no te ven pasear en el parque,

la mesa que ocupabas en el café de Pedro,

desde hace tiempo, está vacía.

 

Yo les digo que estás feliz, que el cielo

estaba triste y gris, hasta que llegaste

para iluminarlo.

 

Madre, ayer tarde hablé con Manuel,

y con tristeza en sus ojos llorosos

ha reservado, dulces uvas, en una

cesta de mimbre llena de ternura

con entrañables recuerdos.

¡Madre, no te olvidamos!.