Adrian VeMo

Corto V

Cuando la vi
ardía en llamas el cielo de sus ojos
le nacieron gaviotas de fuego
que desfilaron
hasta anidar
en las aguas de mis pupilas.
Dejó volar una sonrisa
y en los pétalos de mi frente
se petrificó.
Luego se rozaron
las húmedas orillas
de nuestras bocas
y se cerraron
cual almejas celosas.

 

 

Nunca como aquel día
eternizamos

el amor en un segundo.