Creo que usted no se ha dado cuenta. Pero es un hombre que provoca mil pasiones. Es el caballero que cada princesa anhela por tener. Es el príncipe que con sus besos puede despertar y revivir muchos corazones.
Porque usted es único. Porque en su mirada hay un universo por descubrir. Entre su negro cabello, hay también un poco de color plata, que le agrega un valor interesante.
Su sonrisa se escapa de esos labios que me imagino deliciosos. Y que me gustaría algún día atraparlos con mi boca.
Y recorrer su cuello con mis dedos, con mis besos... Llegar a su pecho. Darme cuenta que me faltan manos para poder sentir cada parte de su cuerpo. Su espalda, sus brazos ... Que los recorran no sólo mis ojos. Sino mis manos también.
Su cintura. Sus caderas de hombre. Sus piernas fuertes que me encantan. Sus pies que varios lugares han pisado. Y que quiero que no caminen un instante. Que se detengan delante mío. Porque todo mi ser eso suplica.
Y luego, por favor tome usted mis manos, para que yo no desfallezca. Para que no caiga en el momento en que mi alma abandona mi cuerpo y se aproxima a la suya.
Porque es lo que más me gusta de usted. Su alma. Desde siempre, desde toda una eternidad. Más allá de su piel. Más allá de sus ojos y de su boca. Más allá de su vida. Más allá de su edad ...
Y usted. Usted no se imagina.