Sierdi

DOS DISTANTES CAMAS

 

¿No sé, por qué te sorprende, mi chiflado, sollozar alegre?

Aprendí a ser valiente,  cuando zarpé, a una vacía cama.

Una vacía cama, en la que sueño, con el triunfo de traerte junto a mí.

Sin merecer, la condenación de permanecer separados.

 

Mis trajes cortejan tus prendas, Seduciéndolos en el oscuro clóset

Si el éxito ha de alcanzarnos de anochecida, Velaremos juntos…

Esperándolo, con el calor de nuestros enamorados besos.

 

Aunque no duermas, abrazada a mi lado.

No estás desprotegida…

Mis largas quimeras, abrigan tu frío cuerpo.

Porque nuestro consejero se llama…

Corazón.