¡Qué pena que ante ella no pueda cantar!
Mas, falta su presencia que el tiempo vuela,
y si no llegara, lágrimas que debo educar,
porque su vuelo, me falta como luz de candela.
Mi paloma, que santa paciencia yo proceso,
las migas de tu obrar, impetuoso tormento,
no vengas a mí, por éstas yo te confieso
que de verdad mi querer no es experimento.
Cerrar podrá mis ojos, que al menos quieren verte,
y no imagino volar, si no lo haces conmigo;
dos almas juntas sino es desaparecer con la muerte.
Mi paloma, con tu danza mi vista quita desgracia,
yo abrazarte desnudo con tu vestido de gracia:
¡la brevedad de la vida no duele si estoy contigo!.
Diciembre 2.020
NACHO REY