Sentado al borde de la azotea,
Veo a la gente, pero ella no a mi,
Solo ella con una sonrisa voltea,
Un segundo y en sus ojos me perdí,
Volví al día siguiente a ese mismo lugar,
Con las esperanza poderle hablar,
La vi, pero solo pude basilar,
Ella riendo, con mi cara de tonto
Y de pronto tomó mi mano,
Perdí el piso, solo podía flotar.
Ella dijo perdiendo también ganó,
Ella hablando y yo no la quería soltar,
Sólo quería escuchar su voz,
Ahora su silencio me corta cual oz,
Esperó esa hora para volverla a ver,
Perder el tiempo y ganar su corazón,
Tiene razón perdiendo también se gana,
Ella cada una de mis heridas sana,
Nos hacemos compañía en nuestra soledad,
La vale la pena verla sonreír de verdad,
Vale la pena enamorarse como si fuera la primera vez.