Diana Cosma

Lluvia de alivio

La primera caminata

después de meses encerrada,

la primera acaricia

del aire salvaje

en mis mejillas

huele a arco iris -

una promesa de volver

a la puesta del sol.

 

Mi cuerpo ya es un océano

de tristezas prematuras.

Pero esta luz violeta

que todavía hace juego con la vida

me invita a nadar

a pesar de la tormenta,

amando las ondas

 

que con sus insufribles altibajos

me presentan al verdadero corazón

de la manzana de oro madura

que he vuelto sin darme cuenta.