Nacho Rey

MANO EN LA CINTURA

 

 Desgraciado este pobre soldado su lucha

por el amor que tuvo y jamás lo consiguió.

Vedle en su desgracia (y sueño querido) mucha

más pudo su calamidad que su amor jamás llegó.

 

 Siempre gustó de la mágica curva femenina,

como su mano desnuda siempre la hablaba,

para decirle que la quería tocar por ser heroína:

siempre soñó mismo sueño y nunca contestaba.

 

 Ella no quiso que la tocara,porque decía

que semejante sujeto,jamás estaría a su altura.

Desdeñosa desde un principio,jamás quería

 

 suceso tan simple.Este desdén tan habitual,

que más sueño,ya es imposible y nada accidental

hecho...el reloj pasa y no hay mano en la cintura.