Alfredo Saez

-La Insolente Limosna-

 

Una pobre, gastada y febril pordiosera

sentada al andar de apurados mirones,

descuidaba un instante a su hijito linyera,

indiferentes al drama los hisopados peatones.

 

Anónimos caminan la vereda sus secretos castigos

ocultando en miserias las tan desfiguradas  sonrisas

que ni convencen el abrir de puertas ni bellos postigos

cuanto menos al diezmo mayor de las domínicas misas .

 

La mendiga de pronto extrae arrugada una carta  

hito leyente muy fuerte la ata hacia antiguas historias

 tiempo pretérito perdido entre melancólicas memorias.

 

La  lírica emoción en plena sensibilidad se infarta

y se sublima en modo culpable con platina regia moneda,

 limosna inmoral...que su niño renacido ¡ arroja a la greda!