Diego Nicolás García Contreras

Miriada

Almíbar y se hunde, entre mi mano tensa...

Desborda cada tanto la locura...

Y embetuna la fruta...moja la llema...de mi flauta colmada...de gruesas melodías de pasión, que empañan mis ojos, y espesan el aire de esta canción...lo sentirás en efecto...en causa y en el aire que te rodea, sin que hoy te respire, profundo como poema, impecable como barco que entra en el mar...impetuosa hoguera...bruma condensada de miel...lenguas dirigen la proeza...sobre los mástiles repletos de venas...comienza nuestra ley de la amistad...los de destreza eterna y no tienen internet que los asole, ni interés en los soles sin tu higuera...sin tu sábado colgando de mi tiempo...clavandote mis ojos, poniendo tus pezones a derretir el tiempo...borrando tus misiones en las mías...con mis pensamientos...que sin querer intuían desnudez al medio día..el avión en pleno aterrizaje...buscando una pista...el sustento caliente de un hangar...para soportar tus truenos, y nadar en tus caderas...en tus zurcos posar mi musgo y mi rama...mi canción de primavera que encaja dulcemente en tu rincon que es trinchera...en la que poso mi presencia concentrada...para que te frotes...y retuerzas...mientras sientes inundarte de mi mirada ...