Yvette Nino

Soneto adivinanza

 

 

Es ella quien restaura cada noche

en sus formas a las mías adaptadas

el trajín del normal desasosiego

que provoca el vivir de las jornadas.

 

Es ella quien me ofrece su tersura.

Si no acudo a sus brazos me desvelo

pero a veces traiciono su dulzura

buscando entre otras sábanas consuelo

 

Al regresar me acoge sin reproches

sin celos ni preguntas y es mi almohada

quien sabe del insomnio de sus noches

 

y el frío de saberse abandonada.

Pronto consigo reparar mi ausencia

Y me hundo en su ternura, perdonada