Graciela Rivas

Creo en un poco de magia

Creo en un poco de magia.

Esa que está en tu mirada y lo que ocultas en ella.

Ha de ser el destino o simplemente es mi día de suerte.

¿Te sientes justo ahora como una persona afortunada?

Porque malditamente así me siento.

 

Unos sencillos movimientos de dedos sobre teclas blancas y negras tocan la más hermosa melodía.

Esa melodía que me hace soñar que sostengo tu cuerpo junto al mío y bailamos al compás de nuestro tiempo.

 

La luz cálida del salón detiene a las frescas brisas que tratan de colarse por los grandes ventanales

amenazando con opacar el calor que ha generado tu sonrisa.

 

¿Oyes eso? Ya no hay melodía alguna.

Esto solo puede ser algún tipo de... ¡Magia! ¡Hechicería!

Y todo por ti.

Me he anclado al lugar donde pude verte toda la noche y no puedo caminar hacia ti.

Las parejas que disfrutaron del danzón ahora buscan despedirse del anfitrión.

Borrones de trajes y vestidos importados pasan justo frente a mí llevándose mis súplicas de un último baile.

 

Hoy hubo suerte, sea para ti o para mí.

Hoy fue el destino, no lo pudimos evitar.

Lo que sea que haya sido,

 

Me has hechizado, para bien o para mal.