ELEPE

EL VIERNES DE MAYOR DOLOR

Son las horas más terribles que un hombre habrá de enfrentar

Y te acercas a los guardias, sacerdotes y traidor con total serenidad

La violencia con palabras y con armas no quebrará Tu lealtad

A La Suprema Obediencia que está pronta a culminar

 

Toda la noche pasaste inquirido por Anás y por Caifás

Y a la madrugada en el Pretorio ante Pilatos llevado

Pregunta el Gobernador de mal humor despertado

La acusación que Te endilgan, conmovido ante Tu faz

 

Tú confirmas que eres rey de un reino fuera del mundo

Que has nacido para rey y testimoniar la verdad

Y Pilatos Te pregunta, como toda la humanidad,

“¿Qué es la verdad?” y transcurren en silencio los segundos

 

Enfrentado a un juez Tú careces de abogado defensor

El miedo ha dispersado a testigos de Tus prodigios

Y de enseñanzas en nadie han quedado ni vestigios

Enfrentando callado y solo al poder del juzgador

 

Pilatos al pueblo pregunta a quién de los dos salvará

Si al salteador Barrabás o a Jesús el Nazareno

Es el pueblo quien decide y Tú persistes sereno

A inapelable condena que al calvario te llevará

 

Se alza contigo Tu cruz en medio de dos ladrones

Y sigues sufriendo mofa de guardias y turba injusta

Inconmovible al dolor de un hombre de faz augusta

Que agonizante y muy débil aún puede otorgar perdones

 

Sólo las tres Marías y tu discípulo amado

Asisten muy conturbados sin poder intervenir

Y vinagre en vez de agua tus labios al entreabrir

Pronunciarás al fin que “Todo está consumado”.

(Jn 18,1—19,42)