El miedo ancestral a la muerte,
pierde su sentido hiriente,
un profeta y sacerdote muere,
y salva al pueblo pues aquella teme.
Plan consumado en voto,
tiene su instante y su momento,
al entregarse Cristo todo roto,
por su pueblo aún en sufrimiento.
Es la historia que viene señalada,
que tendría que padecer así a su tiempo,
mientras la gente queda perturbada,
viendo tan cruento sufrimiento.
Los albores quedan espantados,
dudan la fe y vagan los sentidos,
¿es acaso el momento de la muerte?
¿será que la luz no resplandece?.
Pero al fin, la luz pronto se levanta,
unos hombres cuentan que ha vencido,
pues no encuentran su cuerpo fallecido,
la buena nueva es que al cielo se ha movido.
Se abren los cielos con amores,
y se vuelcan las fuerzas inmortales,
todo se torna de luz y de colores,
se alegra lo humano y sus añales.
Se consuma lo ya escrito,
un dios de vida ¡sea bendito!
es ahora que el padre y santo espíritu
hagan unión y ya han cumplido.
En compadecer a hombres pecadores,
y salvarlos de su mísera fortuna,
pues eran destinatarios de dolores,
mas su vida cambio con Dios ayuda
Finalmente, un nuevo respiro resplandece,
inicia un nuevo brío en humana frente,
ahora es Cristo Dios quien rejuvenece,
la historia su fin y su consciente. Fin
Jesús isaías González Arroyo