En estos tiempos
de lábil memoria,
aguaitan deseosos
quienes hacen del odio
una causa política. 
Quienes se olvidan
que detrás de cada madre
y de cada abuela,
crece la esperanza,
crecen los valores
que nutren la libertad
y marcan el sendero
y el sentido de la vida. 
Este mundo nos encuentra
y nos tiñe con su espanto.
Pero entre tanto garabato
un mensaje indeleble
Nunca Más. 
Que la memoria,
                      la verdad,
                               y la justicia
nos abracen.
El amor nos arropa 
con su pañuelo blanco.