Desde el valle,
donde las montañas tapan el horizonte,
desde, donde los ecos
tienen aprendidas sus respuestas,
como en una apuesta del sol
le vence el amanecer,
ahí y solo ahí, comienzan mis sueños.
Mis sueños,
son prematuras fantasías,
que no quieren madurar,
fresas a la espera de su nata,
naranjas que desde que asoman,
ya brillan en su color anaranjado
y su casi caprichosa redondez,
obra de la natura.
obra de la pintura mental,
de las neuronas,
que juegan con la contraluz,
mientras que unas pinceladas
de acuarelas quieren crecer,
color tras color,
en la espesura del lienzo blanco
que ofrece la imaginación,
en destellos de fantasía, miel y palabras.
Más allá,
donde el horizonte,
ha aprendido a dividir
y el azulado cielo,
está aprendiendo a volar,
aspirando tras las húmedas aguas,
su transpiración mediante el vapor
que luego convertirá
en lluvia de margaritas,
sobre la tierra seca,
sedienta de sus favores.
Autor: Fco. Peiró Gimenez
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