Luis E. Calderon Romero

Querida tia.

Es mi familia toda como un gajo de flores

y tu eres una rosa en ese inmenso ramo,

con fragancia y dulzura que aumentan con los años.

Un corazón florido en un bouquet de amores.

 

Acaso no te vimos en infantiles años,

con toda la ternura de la mujer costeña,

siempre junto a tus hijas, fidelidad eterna

y comprensiva siempre con tu sonrisa tierna.

 

Hoy no sé que decirte, ni que presente darte

en el día de tu santo,cuando pasa la vida.

Cuando el mundo trajina sin que pueda tocarte,

tan sólo a Dios es dado a tí, recompénsarte.