Randy Mueses

Dormir solo.

Cubierto en sábanas frías, abrazado a mi almohada en gélidas noches, cerrando y abriendo mis ojos como luces intermitentes, mi mente vagando en tu recuerdo, mis brazos anhelando tu cuerpo, más largas han sido las madrugadas, más vacía he notado la alcoba. Un eco repercútale me invade, dando vueltas, pensándote, intentando consolidar el sueño. Es un acto atroz el dormir solo. 

Recuerdo nuestras piernas entrelazadas, tu cabeza acunada en mi pecho, el calor emanando de nuestros cuerpos, las historias antes del dormir. 
Te has esparcido como río naciente en cordillera.  

Se ha quedado tu lado desolado, lo observo a deshoras, es algo fatídico el dormir solo, el dormir sin ti, el no volver a experimentar la sensación de tener tus brazos para abrazarnos.      

Las estrellas ya no brillan si no estás recostada a mi lado, la luna se queda en cuarto creciente, las horas nocturnas son más largas y llenas de nostalgia. 
Tu ausencia mato mi alegría, tu imagen me causa tormento todos los días.

Sin ti, no hallo el sueño.
Tengo amaneceres de insomnio, la vida me es gris, mis pesadillas de siempre
son las de dormir solo en esta soledad que no es tuya, pero es mía.

Estoy contusionado por el dolor de tu falta.
No siento tu tibia caricia en las noches ni
el frío de tus labios dulces.

Durmiendo solo, saboreando el deseo de tener tus piernas, tus manos, tu
cadera para extraviarnos en un letargo de fervor.

Quiero., quiero tantas cosas.
Pero lo que más quiero es dormir junto a ti.









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