Eduardo Muñoz Portella

EL CORAZÓN DIVIDIDO

¡Madre!, que tengo dudas,

pues me caso ya lo sabe,

el cura, mujer ha de darme

pero mi corazón la procura,

a otra que no es ella

pero que el alma me roba,

que quiero a la primera,

pero la segunda me enamora,

como puede castigarme Dios

de esta manera,

que el amor no se busca

que es sentimiento natural,

y en el estado mental

del buen enamorado,

es la regla más normal

el estar desorientado.

Que decirle a la que va a ser mi esposa,

que decirle a quien quisiera que lo fuera.

¡Madre!, que tengo dudas,

que dudas tengo Madre.