Alejandro

Grito insonoro

En el eco de la luna,

ahí donde se escurre tu lágrima

y camina solapada tu mentira,

se esconde el fuego de mi voz,

la irritante calma que reposa en mi garganta

esperando la chispa de tu nombre.


Ahí donde el silencio es sólo un mito

y el sonido un imposible,

donde la ironía se descuelga del perchero

y el cenicero canta canciones

al opaco corazón de plomo.


Donde el viento descansa

de su incesante caminar,

donde se seca la lluvia

y la flor se desvanece,

donde la luz es un fragmento

de oscuridad.


Mi voz que ya no rompe,

ya no alcanza,

es sólo una disfunción

de mi sistema,

la tendencia de lo incierta

que se vuelve la necedad

de hablar a nadie,

de saber que hay en el espejo

cuando no se puede mirar.