Adelaine Soto Alvarez

HUYENDO

 

Amortajada, llena de martirios

Sin poder escuchar mi voz

tan sólo un hálito desconocido

turbio, tembloroso

 

Los pies en la nuca

La nuca llena de gemidos

también la espina dorsal

inclemente

fuera de contesto

 

Indudablemente llevo mi cruz

y la de los otros

 El peso es imposible

Pero va

 

Los que se fueron

Me dejaron la herencia de la muerte

Más atrás

Va el dolor como caricia

Y maldigo cada lágrima que sale

Pero sale

Por tanto, polvo revuelto

En los crematorios

Donde han perdido los valores

Y no les interesa

Entregarte los brazos de Jacinto

Con las piernas de Lucinda

Lo mismo da

 

Me duelen los oídos

De tanta canturía de lamentos

El silencio interior

Prendido a la tristeza

El equilibrio desarmado

Los ojos del anciano ya sin luz

Incluso los ojos de los niños

 

Y muerdo la zozobra

como un león herido

Y gruño en las esquinas

y en los parques

Pero a nadie le interesa mi gruñido

 

Quién soy

De dónde vengo

Nadie lo sabe

Hace siglos vivo tras la pared

Huyendo