JULIO CESAR CORVALAN

Estas manos campesinas

Estas manos campesinas…

Que han labrado la tierra.

en el campo, en la sierra,

en las planicies andinas.

Son las fuerzas más salinas,

que me dio el gran creador,

porque yo soy el sembrador

que la Biblia pronunciara…

El que riega, el que ara.

en este campo chileno.

 

Son tus manos, campesino,

las que sembraron mi mesa.

Con cultivos de frambuesa,

con los granos del cariño.

Cuidando como un niño,

dando frutos por estrellas.

Con las leyendas más bellas…

Manos callosas y sucias,

plenas de valor, astucia,

me dejaste por herencia.

 

Estas manos campesinas,

que despiertan con el alba,

con el lirio, con la malva,

entre llanos y colinas.

Sacudieron las espinas,

estas manos laboriosas.

Entre surcos, entre rosas…

de brazo asoleado,

pan de pala y arado.

Abrigando mil caricias.

 

 

En las manos del destino,

se va sembrado confianza.

Con mucha fe, esperanza.

Sin las aves del camino…

Para forjar un destino,

entre trigo, remolacha…

Con calor y con escarcha

o bajo las fauces del sol,

abre surco el sembrador,

en arcas de su estancia.