Ben-.

Poemas-.

El orgullo derribada esencia

que transcribe un ala desplumada

ala bancaria por tributarios del hombre

que desgajan sus atribulados honorarios

y miran de reojo las bacanales lejanos

del reloj sin aprendices, con carne.

Yo aprendo, ese sinónimo del vértice

de un aire, espabilan en mí territorios invencibles,

cuerpos de una sola espalda, de una vértebra

contraída, besos que la espuma solicita.

Un mar de gajos mis pisadas rotas

sobre las estalactitas ecuestres de entonces

esa derrumbada brusquedad que tiene

todo pasado, la pared o el muro sin frente.

Lo distante muerde mis labios, y en su futuro

sin órdenes, mueren mis ojos.

 

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