Es un reinicio volver a enamorarnos
cada día sin tener que decirnos adiós,
reinventarnos para que el amor no se vaya,
que la llama de amor arda incesante en el pecho.
Estamos hechos con la resistencia de un diamante
que por más golpes que nos demos, no nos rompemos;
pareciera que solo adquirimos nuevas formas que amamos,
entre lágrimas y risas nos reconstruimos y brillamos aún más.
Y aunque el destino solo nos ve como marionetas que mueve a su antojo,
sé que me amas porque lo que escucho al amanecer y en el murmullo del viento;
porque si así no fuera, no podría seguir pensando en ti, en tu amor y en mi amor;
bien sabes que ya estás encriptado en mi alma y enclaustrado en este corazón amante.