Fernando Endara

CAMINANTE

Voy a partir a los pálidos y fríos bosques,

allá a la  luz  pálida como un fósforo ligero,

donde los tristes gemidos acompasan al furioso trueno,

en busca de la  parca atroz desvanecida.

 

Al desierto inconmensurable

hundido en las sierras nevadas y fogosas,

al desmayado fulgor como una negra mortaja

entretejida con la convulsión de la naturaleza.

 

A encontrar quizá la corona de los orbes,

aquella tempestad salpicada de brazas encendidas

quizá la larga fuente de vida y ventura.

 

Voy en busca de puertas como hondas bóvedas,

allá a lo lejos está el cruel estampido,

la radiante lumbre, esa moribunda luna.