Eduh Siqueiros

ESPERANZA MÍA

Rompiendo los lastres de reconcomios
sórdidos, recopilo sendos besos
que las nubes albas de arcanos cielos
han perdido soñando distraídas
y en el clima tórrido de mis viles
ataduras hoy tengo ingente sed
de un cuerpo sin grilletes que se emprenda
en trayectos marinos encantando
sirenas y venciendo a las criaturas
tan monstruosas en los bastos océanos
del divinal don -que ha sido incrustado
en los seres con alas refulgentes-.
He quedado enmarañado en quimeras
que forjaron un inmenso dragón
en mi gnosis deformando mi esencia,
se apoderó de mi bastión, cercó
mi castillo subyugando a mi dúctil
voluntad en su infiel circunspección,
pero tengo atavío de guerrero,
mi alma reclama su rol, su avidez
por vencer al legendario y adverso
ente que en la atmósfera sobrevuela
de mis pesadumbres, que más allá
en los confines del paisaje tétrico
y lúgubre de mi desolación,
sobre las colinas lejanas raudo
se vislumbra el éter de un cielo claro
y luminiscente, mi firme fe
me mantiene en el sueño sosegado
de llevarme hacia ese lustroso suelo.