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Imagina humanoides, vestidos de aluminio,
hurgando entre tus cosas, fascinados:
tus cucharillas de café, tu cámara de fotos,
la colección de discos de vinilo...
Tu calle cubierta por milenarias lluvias de ceniza,
torrentes de barro destructor, diluvios venideros.
Tus zapatos enterrados, tus libros hechos trizas.
Las torres del distrito financiero,
antiguos monumentos del pasado.
Autobuses, trenes, coches,
amasijo de acero hecho pedazos.
Imagina tu lengua, ya muerta y jeroglífica,
tu cráneo expuesto en la vitrina
de un futuro museo antropológico
y la sonrisa de tu eterna calavera
que observa impasible a sus captores
mientras tratan de descifrar los entresijos
de tu civilización extinta y consumida.
©Amaneceres Abruptos - Miguel Herrero Villavieja